Capítulo 1:

Hallo!!! 1000 disculpas x tardar en subir capi en los 2 fics...

pero ya saben la escuela me quita tiempo jajaja!!! =P

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Los gritos se escuchaban  cada vez más alto que ni siquiera el ponerse la almohada sobre las orejas hacía que desaparecieran, aun no eran lo suficientemente claros como para saber lo que decían aquellos gritos o quizá es que ella hacía todo lo posible por no prestarles atención, ya de por sí era desagradable tener que levantarse temprano y alistarse para ir a una nueva escuela como para sumarle todavía esto... Clarissa suspiró con resignación y abrió los ojos, tomando el despertador que estaba en la mesita al lado de su cama, todavía faltaban 5 minutos más para que sonara pero no tenía ningún sentido quedarse más tiempo en la cama así que de un salto se levantó refunfuñando, encendió el estéreo a un volumen no muy alto, solo el suficiente para aislarse de cualquier otro sonido, no supo ni como lo hizo, ya era algo que hacía automáticamente en cuanto las peleas de sus padres comenzaban.

A Clarissa le hubiera gustado poder bajar y decirles que se callaran pero tenía tanto miedo de algún día toparse con una escena más perturbadora aún que los propios gritos y es que ver a tus papás peleando casi al borde de los golpes es traumático para cualquiera, pero seguramente que lo es más cuando solo tienes 12 años...

Se bañó, se puso su uniforme, al menos no era tan feo como el anterior, blanco con rojo, odiaba esa combinación, éste era una falda negra con tablones, blusa azul claro y saco negro... a decir verdad a Clarissa le gustaba como se veía con él, la forma del saco disimulaba bastante bien esa pancita que tenía y además ella amaba el color negro, era una lástima que no la dejaran usar muy seguido ese color.

Mientras bajaba las escaleras sonó su celular

–No iré a clases... no me siento bien... =(  – decía en la pantalla, era un mensaje de su mejor amiga Alina

 –Quieres ke vaya a tu casa? Podemos salarnos juntas y nos vamos a divertir a algún lado =)  –respondió Clarissa, en otro momento ella habría preferido llamarle, pero tratándose de los momentos de depresión de Alina, ella sabía que su amiga prefería comunicarse por mensaje.

Alina tenía la mirada perdida y cristalizada lo que le dificultó un poco poder leer el mensaje entrante, casi automáticamente tecleó un No y lo envió, no era necesario entender el mensaje, ella ya sabía que su mejor amiga Clarissa le demostraría cuanto la apoyaba pero cuando se sentía triste recordando a su mamá y como los había abandonado a ella y a su hermano mayor Robert cuando eran pequeños, no le daban ganas ni siquiera de hablar con su mejor amiga y es que no podía entender como había pasado algo así, como una madre puede desentenderse de sus hijos por completo... su papá había hecho todo lo posible porque no les faltara nada... bueno al menos en el sentido material porque ese vacío que siempre había sentido nada podía llenarlo. Dejó su celular sobre la mesita al lado de su cama y se volvió a acurrucar en su cama hecha un ovillo, solo quería dormir... dormir y no despertar más...

Clarissa leyó la respuesta  –Lo sabía – murmuró entrando en el comedor

 –¿Qué es lo que sabias? Buenos días hija – saludó su mamá Rosaly mientras se inclinaba y besaba en la mejilla a su hija

 –Hola mamá... hola papá – dijo Clarissa tratando de esquivar las miradas de sus padres, no quería verlos bien, quizá si lo hacía podría descubrir algún moretón en el hermoso rostro de Rosaly... aunque eso nunca había sucedido... al menos no aún, sus padres cuidaban tanto las apariencias que ni siquiera se olvidaban de esos “detalles” a la hora de pelearse, detalles como no lastimarse en algún lugar “visible” como la cara...  –Alina mandó un mensaje, dice que no se siente bien y no irá a la escuela

 –Esa niña va de mal en peor... deberías ir a verla en la tarde, dile a tu madre que te lleve – dijo Bernardo, su papá, sentado a la mesa sin apartar los ojos de su laptop

 –Papá ¿Por qué no hablas tú con el señor Roberto?

 –Él ya hace todo lo posible por educar a su hija... es Alina la que está incorregible según Roberto

 –Tal vez sería mejor que te mantuvieras un poco alejada de ella Clarissa – dijo Rosaly mientras le servía un tazón de leche con cereal y frutas y a un lado un huevo “estrellado”, Clarissa hizo una mueca, en realidad no tenía hambre, ella nunca tenía hambre en las mañanas pero su mamá le preparaba siempre los platillos que más le gustaban, además sus papás siempre se molestaban si alguna vez decía que no tenía hambre, “Las niñas que están en pleno crecimiento no deben dejar de comer” ese era el lema de su mamá, así que no tenía más opciones que comer. De todos modos su mamá interpretó esa mueca como que no estaba de acuerdo en mantenerse alejada de Alina

 –No mujer, eso no sería correcto, Robert pensará que estamos haciéndole “el feo” a su hija y lo último que necesito son problemas con mi jefe...

 Clarissa ignoró lo mejor que pudo el resto de la plática, con el tiempo se había dado cuenta que la “amistad” entre su padre y el de Alina era más por interés que por otra cosa, bueno eso al final era lo de menos mientras las dejaran seguir siendo amigas... así había sido siempre, eran amigas desde que eran bebés porque sus padres se frecuentaban.

Ya era viernes, había pasado toda una semana en la nueva escuela pero Clarissa aún no se aprendía de memoria la escuela, es que era muy grande y si a eso le sumas tener que atravesarla sola, Clarissa siempre se había sentido desprotegida sin su amiga Alina, podría estar con sus mejores amigos y ella los quería mucho pero si Alina no estaba, Clarissa sentía que le faltaba algo.

 –Aula 8... Aula 10...- murmuraba mientras buscaba su salón Aula 14, iba distraída por el pasillo cuando al dar la vuelta en una esquina chocó con algo y estuvo a punto de caer pero una mano la sostuvo de un brazo y evitó su caída, Clarissa volteó hacia arriba y se topó con los ojos más hermosos que hubiera podido imaginar, de un azul tan intenso como el mar... se quedó con la boca abierta sin saber que decir

 –Disculpa – fue lo único que ese hermoso chico, con una voz profunda y sexy, le dijo antes de seguir con su camino.

Después de reacomodar su saco y su falda, Clarissa también continuó su camino hasta su salón pero ya no podía apartar de su mente esos ojos azules, eran tan profundos que sentía como si se hubiera sumergido en ellos y ahora no sabía cómo salir... era una sensación tan extraña, tan desconocida y hasta ridícula pero Clarissa sentía que ya lo quería, sí así como lo leen, Clarissa se había enamorado a primera vista...